Rima XI
Un amor no correspondido y dolido por sus diferencias, esto intenta expresar el autor de este poema mostrándonos su tristeza, melancolía y soledad al buscar una respuesta “¿a mi me buscas?,¿a mi me llamas?” una respuesta que no le agradara.
-Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión, de ansia de goces mi alma esta llena. ¿A mi me buscas? -No es a ti, no. -Mi frente es pálida, mis trenzas de oro: puedo brindarte dichas sin fin, yo de ternuras guardo un tesoro. ¿A mi me llamas? -No, no es a ti. -Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz; soy incorpórea, soy intangible: no puedo amarte. -¡Oh ven, ven tú. |
Rima XXI
Esta rima es profundamente lirica y romántica, el autor expresa una conexión emocional personal y personifica la poesía de modo que resalta la idea de que el amor y las conexiones personales son formas sublimes de poesía.
¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul, ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú. |
Rima LIII
Melancolía y perdida, estos son los sentimientos que mas se encuentran en esta obra, el autor abarca la idea del tiempo, utilizando recursos naturales como son las golondrinas y las madreselvas para simbolizar la rapidez del tiempo y lo inevitable que es la muerte.
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres… ¡esas… no volverán!. Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde aún más hermosas sus flores se abrirán. Pero aquellas, cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día… ¡esas… no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará. Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido…; desengáñate, ¡así… no te querrán! |
Rima LVI
Monotonía y cansancio por la vida, el poema trasmite la idea de que los días transcurren de forma repetitiva sin cambios significativos, Hoy como ayer, Mañana como hoy, !Y siempre igual¡, se repite mucho el sentimiento de estancamiento y la falta de un propósito sintiendo que sólo esta existiendo.
Hoy como ayer, mañana como hoy, ¡y siempre igual! Un cielo gris, un horizonte eterno y andar… andar. Moviéndose a compás, como una estúpida máquina, el corazón. La torpe inteligencia del cerebro, dormida en un rincón. El alma, que ambiciona un paraíso, buscándole sin fe, fatiga sin objeto, ola que rueda ignorando por qué. Voz que, incesante, con el mismo tono, canta el mismo cantar, gota de agua monótona que cae y cae, sin cesar. Así van deslizándose los días, unos de otros en pos; hoy lo mismo que ayer…; y todos ellos, sin gozo ni dolor. ¡Ay, a veces me acuerdo suspirando del antiguo sufrir! Amargo es el dolor, ¡pero siquiera padecer es vivir! |
¿De donde vengo? – Rima LXVI
El poema enseña un enfoque oscuro y misterioso en el cual se presenta a la vida como un viaje directo hacia la muerte y el olvido en donde da la idea de que morir no es mas que un paso inevitable y obligatorio a vivir.
¿De dónde vengo?… El más horrible y áspero de los senderos busca; las huellas de unos pies ensangrentados sobre la roca dura; los despojos de un alma hecha jirones en las zarzas agudas, te dirán el camino que conduce a mi cuna. ¿Adónde voy? El más sombrío y triste de los páramos cruza, valle de eternas nieves y de eternas melancólicas brumas; en donde esté una piedra solitaria sin inscripción alguna, donde habite el olvido, allí estará mi tumba. |